Acero inoxidable 316L: ¡por qué los fabricantes de relojes confían en él!

El acero inoxidable 316L se utiliza para producir relojes de pulsera de alta calidad. ¿Porqué es eso? ¿Y cómo se fabrica realmente el acero inoxidable? En esta publicación de blog descubrirá qué hace que este material sea tan duradero y cómo se crea una caja de reloj terminada a partir de un bloque de acero inoxidable.

El acero inoxidable es un acero que se refina añadiendo diversas sustancias como el molibdeno o el silicio. Existen innumerables aleaciones diferentes de acero inoxidable. Una de ellas es la aleación 316L, que utilizamos para fabricar nuestras cajas y pulseras.  Utilizamos esta aleación por la siguiente razón: tiene muy bajo contenido de carbono y, por lo tanto, no se corroe. El acero inoxidable 316L es muy duro y duradero, por lo que es ideal para cajas y pulseras de relojes. Por cierto, el acero inoxidable 316L también es el material elegido para los instrumentos quirúrgicos debido a estas propiedades.

Es necesario un proceso complejo para crear una caja de reloj terminada a partir de un bloque de acero inoxidable. Básicamente, el proceso se puede dividir en tres fases diferentes. Primero, se perfora un espacio en blanco. Dependiendo de la forma de la carcasa se requieren diferentes números de procesos de punzonado. Luego, la pieza en bruto se fresa hasta darle la forma final en una máquina CNC y también se perforan los orificios para la corona y las barras de resorte. El último paso incluye el llamado acabado, es decir, el lijado fino. Un pulidor prepara la superficie del reloj. Dependiendo del aspecto deseado, determinadas zonas se pulen hasta obtener un brillo y otras se maten. El pulido es un verdadero trabajo manual y requiere gran habilidad.